La fisioterapia pediátrica es una especialización de la fisioterapia que asesora, trata y cuida las personas de los 0 a los 18 años. Puede ayudar en aquellos niños que tengan un retraso en su desarrollo, o bien anomalías en el movimiento o riesgo de padecerlas.
Esta rama de la fisioterapia incluye un amplio conjunto de técnicas que darán importantes beneficios a los niños con graves problemas de salud y a los niños sanos. Desde siempre se ha utilizado con niños con patologías neurológicas: parálisis cerebrales, enfermedades neuromusculares (atrofia muscular espinal, distrofia muscular de Duchenne), tortícolis congénitas, etc. También en anomalías de carácter traumatológico y ortopédico, en procesos reumatológicos y problemas respiratorios (bronquiolitis, fibrosis quística, asma…). Asimismo tendrá grandes beneficios para pacientes con patologías de origen genético, como el Síndrome de Down, el Síndrome de Rett o el Síndrome de Wolf.
Todos los tratamientos dentro de la fisioterapia pediátrica tienen como finalidad restablecer las funciones dañadas así como guiar al niño a lo largo de su desarrollo motor, con estimulación psicomotriz y neuromotriz, además de las técnicas de fisioterapia respiratoria en pediatría, estimulación, psicomotricidad, tratamiento postural y vendajes.
La fisioterapia pediátrica tiene un papel muy importante en la prevención de problemas de salud, con especial hincapié cuando se emplea en edades tempranas. Puede aliviar muy rápidamente problemas como los cólicos o los trastornos del sueño, mejorando la calidad de vida de los más pequeños.
Debemos recordar que dentro de la fisioterapia pediátrica es tan importante tratar como prevenir, para en un futuro evitar patologías más complicadas.
En cualquier tratamiento de fisioterapia con niños será muy importante tener una buena comunicación con el paciente así como también con su familia, para mejorar el tratamiento así como poder acotarlo al máximo a las necesidades y motivaciones reales del niño.